José Adolfo Macías manejó el narcotráfico y sembró violencia en Ecuador hasta su recaptura hace unas semanas
De mecánico y taxista, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, pasó a ser el capo de una de las bandas criminales más poderosas de Ecuador y clave en la expansión del narcotráfico desde Sudamérica hasta Estados Unidos.
Pero el reinado de terror del líder de la banda Los Choneros sufrió un golpe el pasado lunes cuando compareció ante un tribunal de Nueva York donde se declaró “no culpable” de siete cargos relacionados con tráfico de drogas y armas.
La fiscalía estadunidense describe a Macías como “despiadado y un infame traficante”.
EL AMO DE LA ROCA
Nacido en Manta, en la costa central ecuatoriana, Fito inició su carrera criminal cuando trabajaba como taxista y mecánico y conoció a Jorge Bismarck Véliz España, alias Teniente España. Comenzó robando automóviles y poco a poco ascendió de jerarquía.
Fue capturado en 2011, sin embargo, seguía controlando las actividades de Los Choneros desde la prisión del Litoral, donde vivía entre lujos.
En 2013, fue asignado a otra cárcel de máxima seguridad en Guayaquil, conocida como La Roca, pero se fugó con otros reos. Fue recapturado tres meses después.
Desde La Roca, Macías compartía el liderazgo de Los Choneros con Júnior Roldán, hasta que éste murió en 2023. Esto desató una guerra entre Los Lobos, Los Tiguerones, Los Lagartos y Chone Killers.
Macías era amo y señor de la penitenciaría. Allí se graduó de abogado y seguía manejando los hilos del narco.
En redes sociales circularon videos sobre sus excéntricas fiestas con músicos y pirotecnia. Llegó a grabar en un patio carcelario un videoclip de un narcocorrido en su honor, interpretado por un mariachi y su hija.
“Los guardias no tienen más opciones que volverse cómplices, los amenazan y a sus familias”, contó al medio ecuatoriano Primicias uno de los exreos que compartió prisión con Macías Villamar.
El capo saltó a la fama internacional en 2024 cuando escapó de La Roca, donde cumplía una pena de 34 años.
Tras su fuga desencadenó asesinatos, explosiones, retención de guardias penitenciarios y hasta la toma armada de un canal de televisión que transmitía en vivo.
Estas acciones sumieron al país en una ola de violencia que llevó al presidente Daniel Noboa a declarar el “conflicto armado” interno.
En junio pasado, Macías fue recapturado en el búnker de una de sus lujosas viviendas en su natal Manta.
Además, su última pareja sentimental, una odontóloga de nombre Verónica Briones, está acusada de participar en un entramado de empresas fantasma para lavar dinero del narcotráfico.
También fueron detenidos los padres y un hermano de Briones, además del hermano menor de Fito, Yandry Nicomedes Macías.
Fito tiene cuatro hijos (de 22, 21, 12 y cuatro años de edad) con su exexposa Inda Mariela Peñarrieta Tuárez, quienes vivían en un exclusivo country de Córdoba, Argentina, pero a principios de 2024, fueron deportados a Ecuador.
TROFEO DEL PRESIDENTE DANIEL NOBOA
Hoy, Fito es el principal trofeo de Noboa en la guerra contra el narcotráfico. La semana pasada fue extraditado de Guayaquil a Nueva York.
La justicia estadunidense lo acusa de siete delitos, como conspiración para la distribución internacional de cocaína; uso de armas de fuego para facilitar el tráfico de drogas; contrabando de armas de fuego desde los Estados Unidos; y conspiración para la compra fraudulenta de armas de fuego, entre otros.
En Estados Unidos, Macías enfrenta penas de entre 20 años y cadena perpetua. Permanecerá detenido debido a su “peligrosidad” y “alto riesgo de fuga”, según la fiscalía de ese país.